LOS
Por Ricardo
García Moya
Las Provincias
20 de Septiembre de 1998
La ocupación de inmuebles con patadón Corcuera
tiene su variable cultural. EI okupa alega
necesidad de vivienda para adueñarse de la del ciudadano que posee
escritura de propiedad. EI indigente literario combate su miseria apropiándose
del producto intelectual del que carece. Trasladando la forzada moraleja al
mundillo de Guttenberg, observamos que la primera obra lingüística impresa en
los reinos hispánicos fue el "Comprehensorium",
de Joahnnes Grammaticus, un gran diccionario latino publicado en Valencia en
1475. De ìgual modo, la primera obra poética publicada en España, "Les
trobes", también vio luz junto al Turia en 1474. Y, por si fuera poco, en
la Serenísima República de Venecia del 1489, Joan Esteve daba a conocer en
"latina et valentiana lingua"
el primer diccionario impreso de las lenguas peninsulares, el titulado "Liber elegantiarum".
De
esta riqueza carecían los vecinos septentrionales y, desde Milá i Fontanals,
una plaga de okupas camuflados de progresistas filólogos inició el asalto con
patadón retórico y coz en la puerta del Derecho y propiedad ajena. Donde leían
lengua valenciana lo sustituían por cata- lana, extendiendo el fraude por las
universidades del orbe. Ahora, en 1998, quien investigue cuál fue el primer
diccionario impreso en romance leerá en la "Gran Enciclopedia
Catalana" que fue el
"Liber elegantiarum", y le dirán que era
una "recopilación de frases catalanas".
¿Ven qué fácil es la tarea del okupa idiomático? No hay miedo al desalojo, ni Jurat d'Agravis que les tosa. Y si el
estudiante consulta la "Gran Enciclopedia Valenciana" le endosarán dos disparates: que es un
diccionario "catalán" y que fue impreso en Valencia. Como ya denunció
Mn. Alminyana, los de la
"GEV" ni siquiera olieron el incunable de 1489.
Los
okupas propagan el fraude entre los estudiantes valencianos. En un texto de COU
le- emos: "EI Liber elegantiarum (sic), de Joan Esteve, es
un repertorio de palabras catalanas y latinas; da mucha información sobre el
catalán de la época", ("Trànsit", COU, p. 113) Es decir, repiten las consignas de la "GEC".
Esta ocupación es completada con el desprecio hacia las singularidades
gramaticales que posee el "Liber
elegantiarum". Esteve situaba la preposición en ante topónimo, escribiendo "en Capua, en
Valencia"; construcción sintáctica prohibidísima por
los okupas que retozan por la
Generalidad, Canal 9, sindicatos y enseñanza. Sólo admiten la norma del Institut
d'Estudis Catalans: "Estic a Capua".
EI
idioma del "Liber"
pluraliza sustantivos con ns en homens y jovens (no homes y joves). EI fret
acaba en t, no como el fred "immersor". Y la dulce
prosodia valenciana la reflejó Esteve respetando, por ejemplo,
la consonante líquida en colps
(no el catalán cops) y el
vocalismo ajustado de Ilauger,
Ilaugerament; no los catalanes Ileuger y Ileugerement, donde adjetivo y adverbio cierran vocal. Conviene
recordar que las diferencias léxicas entre las romances peninsulares consistían
frecuentemente en una sola letra. Pues bien, en 1489 Joan Esteve es- cribía en
lengua valenciana estas palabras: sanch, servici, rey, beIlea, agudea, bodes,
aci, batallar, maravella, defendre, yo, iglesies, fadrí, mentres, fermar, etc.
Léxico áureo que los okupas susti- tuyen progresivamente pro sang, servei, rei,
bellesa, agudesa, noces, aquí, Iluitar, meravella, defensar, jo, esglésies,
solter, mentre, signar, etc.
Sorprende el
desprecio de Fuster y Guarner hacia los valencianos
"anticultistas, vulgares y viciosos" que usaban el dígrafo CH.
¿Desconocían estos profesores que la ch era imprescindible para la plasmacibn
escrita de la lengua valenciana del Siglo de Oro? Hojeando el "Liber elengatiarum" observamos que
Joan Esteve escribe chic, chiqueta, clocha, antorches, empachar, etc. Cierto es que los okupas
pueden acusar a Esteve de procaz por sus picantes frases, pero no de inculto;
era un lingüista meticuloso que sabía diferenciar entre la fricativa x de angoixa y la africada ch
de antorches.
Aunque
en Valencia tenemos un ejemplar del "Liber",
este verano quise palpar el de la Bi-
blioteca de Cataluña. En perfecto estado, extraña que etimologistas como
Corominas o Alcover no repararan en las voces
que reflejaban el
sistema consonántico del valenciano clásico. Es el mismo defecto visual
que les hace leer catalana donde Esteve escribió valenciana; y en lugar de antorcha leen torxa. Menos mal que la Real Academia Valenciana y el
Diccionario de LAS PROVINCIAS respeta el antorches del Siglo de Oro, usado por
sor Isabel de Villena - "antorcha
gloriosa"- y en los versos que Pere Martínez dedicó en 1493 a la abadesa:
"A vos, clara antorcha, espill
d'excellencia". E
I
uso del dígrafo en este vocablo permaneció en el idioma valenciano, aunque lo
nieguen los okupas. Siglo y medio después, el poeta Jacinto Morlá escribía
"ab tantes briIlants antorches",
en 1651; y en el sur del Reino, el autor de "Manuscrito del Loreto"
anotaba "30 antorches y 30
ciris", en 1680.
EI
"Liber elegantiarum" no
pertenece a los okupas catalaneros. Es una joya del humanismo valenciano que floreció
en Venecia, ciudad donde a fines del XV el genial Leonardo da Vinci estudiaba las mareas y los efebos, el maestro Giorgione decoraba el Foncado dei
Tedeschi, y el curioso Alberto Durero
dialogaba con Jacopo de Barbari
sobre la proporción humana.
Mientras,
en el taller del maestro Paganino de
Paganinis, el excelente papel véneto se Ilenaba en octubre de 1489 de voces
en "latina et valentiana lingua", imprimiéndose el primer diccionario en un idioma peninsular:
el valenciano.
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