lunes, 16 de mayo de 2016

LA VEREDA DEL REINO


Por: Ricardo de la Cierva

Todos los demás reyes de la Corona de Aragón -hasta Juan Carlos I- han sido a la vez reyes de Valencia, y ostentar­on por lo tanto la doble numeración de su dinastía. Suced­ió a Jaime I su hijo Pedro I, que dominó la última rebe­liónn general de los moros sometidos, al conquistar su último reducto en el castillo de Montesa en 1277; de esta campa­ña surgió la cuarta de las grandes órdenes militares españolas, tras las de Santiago, Calatrava y Alcántara, cuyo Maestrazgo asumió, como en el caso de las demás, el rey Fernando el Católico. Ya sabemos que una quinta orden nacida entre Alcántara y Montesa, la orden naval de Santa María de España, instituida en Cartagena por el rey Sabio AIfonso X pora fechos allend mar (lema que hoy ostenta a fragata Infanta Elena, de la Marina de guerra española), fue absorbida por la orden de Santiago cuando casi todos los caballeros de Santiago habían perecido en una derrota contra los moros de Granada; la propia Corona de Castilla ordenó la inmolación de la orden naval-militar para salvar la más antigua de todas. Pedro I defendió los fueros del Reiino de Valencia, rechazados por la nobleza de Aragón. En su tiempo, 1283, se instala en Valencia, antes que en Mallorca y Barcelona, un Consulado del Mar.

Alfonso I de Valencia, y II de Aragón, hijo de Pedro I, reina de 1286 a 1291. A1 proclamarse re y de Valencia arreciaron las protestas de los nobles aragoneses, que prefe­rin considerar al Regne como parte de Aragón. Los valenc­ianos se oponen y obtienen del rey el privilegio general de rechazo de los fueros aragoneses. La Corona optó entonces por otorgar a cada pueblo el fuero que deseara; 31 de esos pueblos, dominados por la oligarquía nobiliaria, optaron por el fuero de Aragón y todos los demás, una gran mayoría, por los furs de Jaime I.

Entre 1291 y 1327 reinó Jaime II, que mantuvo una gue­rra contra Castilla; avanzó hacia el sur del reino, y tomó Alicante, Orihuela y Murcia. En el tratado de Campillo 1304 se extendieron los límites meridionales del Reino da Valencia hasta comprender Orihuela; entre este municipio y el vecino y ya murciano de Beniel discurría –y ahora se mantiene- un camino -ya alcanza un alto valor símbólico que la frontera entre los dos reinos Hermanos de Valencia y de Castilla sea eso, un camino- que hasta hoy se denomina, entre naranjales, La vereda del reino, jalonada por dos grandes tueros en su cruce con el camino real Orihuela-Murcia. He paseado muchas veces en torno a ese cruce, por la Vereda del Reino, que vista desde el de Valencia se refiere al de Castilla, y vista desde Castilla anuncia el de Valencia. El habla y la arquitectura se divi­den suavemente, como uniéndose a uno y otro lado de esa Vereda cuyo profundo significado debieran conocer quie­nes desde uno u otro exclusivismo tratan de pontificar so­bre lo que ignoran. A1 extinguirse en 1312, tras una dura persecución europea y romana, la Orden del Temple, el rey de Valencia obtiene del papa Juan XXII la erección canónica de la Orden de Montesa, cuyo nacimiento hemos citado ya y que absorbió a muchos templarios. Todo el Rei­no de Valencia apoya a Jaime II en la conquista de Cerde­ña, y todo el Mediterráneo occidental se llena con las ha­zañas del almirante valenciano Carroç.


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