viernes, 11 de julio de 2014

EL HIMNO A VALENCIA


Por: Ricardo de la Cierva
Después del desastre español en ultramar, el año 1898, el regionalismo que ya proliferaba en Cataluña se había trans­formado profundamente en nacionalismo, y los brotes na­cionalistas anteriores -que habían surgido hacía décadas con un fuerte componente cultural- evolucionaban, a su vez, hacia el autonomismo radical, e incluso el separatis­mo. En 1907 el organizador y alma del catalanismo, Enrique Prat de la Riba, creaba el Institut d'Estudis Catalans, que pronto demostró una actitud expansiva, a la que veni­mos llamando pancatalanismo. Poco después, en 1911, Prat de la Riba instaura una tercera sección del Institut, la filo­lógica, cuyo objetivo es la normalización de la lengua cata­lana. Esta palabra, que ha llegado a nuestros días con tin­tes casi mágicos, significaba al principio la unificación v modernización de la lengua de Cataluña, relativamente dis­persa en varias modalidades, entre las que destacan dos principales: el catalán de la costa u oriental, hablado so­bre todo en Barcelona, y el catalán interior u occidental, utilizado en las comarcas y zonas interiores. Hoy día, con­seguida esta primera normalización, el término ha adqui­rdo un significado más agresivo; que consiste no sólo en la equiparación del catalán y el castellano en el principa­do -la tesis famosa del bilingüismo-, sino, prácticamen­te en la primacía absoluta del catalán sobre el castellano, aunque tal finalidad sea antihistórica, inconveniente para los catalanes (a los que insensiblemente se les privaría de una lengua universal en beneficio de otra respetabilísima pero particular) y en el fondo, aunque aparentemente se _guarden las formas, anticonstitucional, porque de hecho se arrincona y se expulsa al castellano. Se encargó al prin­cipio de esta normalización el filólogo mallorquín mosén Alcover. De momento no se notaban desviaciones Culturales en el valencianismo, cuyos postulados avanzaban en el pueblo; el 22 de mayo de 1909 se estrenaba, ante el rey Alfonso XIII, el maravilloso Himno a Valencia, con motivo de la Exposición, pero con carácter perdurable. La música a del maestro Serrano (nacido en Sueca, 1873) y autor de partituras tan inolvidables como La Dolorosa y Los de Aragón; la letra fue escrita por el poeta valencianista (y luego comunista) Maximiliano Thous, y aúna admirableme~nte el doble ideal del reino en su primer verso: Per a ofrenar noves glóries a Espanya. Pese a ciertas críticas normales, el Himno a Valencia ha calado definitivamente en pueblo. Carlos Recio le ha dedicado un libro con gran poder de evocación.


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