domingo, 7 de julio de 2013

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA Y RESISTENCIA DEL REINO DE VALENCIA AL INVASOR FRANCÉS.



 Autor: Desconocido
Extraído de Internet

 La nefasta gestión de Godoy, el llamado Principe de la Paz, llevó a todo el país a los tristes acontecimientos que se relatan a continuación.

Se permitió paso franco a los franceses por el acuerdo firmado meses antes y estos ocuparon las principales fortalezas. En los distintos territorios de España, gentes próximas a Godoy ocupaban los cargos de responsabilidad y los discrepantes, no tenían valor para levantar la cabeza y menos la voz.

 El 2 y el 3 de mayo pasó en Madrid lo que tan magníficamente plasmó Goya en sus cuadros. Pero como las comunicaciones eran lentas y complicadas y la distancia entre la capital y en nuestro caso Valencia era de unos 15 a 20 días, no fue hasta el día 20 de mayo cuando el primero empezó a levantar la voz denunciando lo que se intuía.

 Un padre franciscano y Vicario de Beniferri, comenzó ya el día 20 a hablar en voz alta y denunciar la infame conducta de Napoleón.

 Los corrillos se multiplicaban y la gente murmuraba, todos esperaban ansiosos la llegada de la gaceta del lunes 23 para cerciorarse de los acontecimientos.

Ese día aparecieron por la calle pasquines con el siguiente texto:

La valenciana arrogancia
Siempre ha tenido por punto
No olvidarse de Sagunto
Y acordarse de Numancia.
Franceses idos a francia,
dexadnos en nuestra ley,
que en tocando a Dios y al Rey,
a nuestras casas y hogares,
todos somos militares,
y formamos una grey.


 Parecía claro el aviso. El mismo día 23 al alba la Plaseta de les Panses se va llenado de gentes ansiosas de noticias. Comienzan a leerla; al cerciorarse el gentío de la abdicación de la Corona a favor del Emperador de los Franceses, se suspende la lectura, todos callados se miran unos a otros, nadie dice nada, no es escucha ni un respiro. De pronto una voz resuena en toda la plazoleta, “¡VIVA FERNANDO VII!” En un instante, un gran revuelo estalla y lo recorre todo. Rompen la gaceta portadora de tan infame acto y la multitud comienza a recorrer las calles al grito de Fernando VII.

 El gentío se dirige a la ciudadela lo más directo posible para sorprenderla y tomar las armas que se pudiera para defender al rey y a la nación. Al llegar a las puertas con el bullicio incrementándose por momentos, sale una ordenanza hacia Capitania General y se convocan a las personas que el momento requería. Todos marchan a la casa de la Audiencia para reunirse formar Acuerdo. El gentío que los había seguido no cesaba de gritar “Viva Fernando VII y muera Bonaparte”.

 Los ilustres se reunieron en el Acuerdo y el pueblo esperaba. La decisión no llegaba, y los que lideraban la multitud se dirigieron al padre Martí de Beniferri que se encontraba con la multitud, tras verificar que estos solo pretendía defender los derechos y creencias religiosas, y le pidieron que subiera al Acuerdo “Padre suba Vd. Y diga á esos Señores que resuelvan pronto, porque se nos apura la paciencia”. Fue llevado en volandas y tras obtener el permiso se presentó ante el General.

 “Señor el pueblo pide que se niegue la obediencia á las ordenes de Murat y á cuantas vengan del Gobierno de Madrid: que V.E. se constituya en cabeza de este Reyno, que se apodere de sus caudales, y no se extraiga dinero algunos; que se haga un alistamiento forzoso desde los 16 a los 40 años, y se levanten tropas para oponerse á los intentos del emperador de los franceses, y que se le declare la guerra; pues todos estan prontos a derramar su sangre en defensa de su legítimo Soberano fernando VII, de la religión y de la Patria.”

 El Capitán General redactó un bando que no fue considerado suficiente por el pueblo que esperaba ansioso. La lectura ante la multitud la llevó a termino el Padre Rico, pero según leía, el pueblo comenzó a gritar sus exigencias, alistamiento debía realizarse con bando público y sin perder más tiempo y que debía salir el estandarte y proclamar a Fernando VII, así como quemar el papel con el nombre de Murat y sustituirlo por otro con el nombre del rey Fernando.

 A todo esto, un tal Vicente Domenech que vendía pajuelas, se desenrolla la faja encarnada que llevaba ceñida, la trocea y reparte entre sus compañeros, y guardando el trozo más grande para si mismo lo pone en la punta de una caña; a ambas partes pone una estampa, por una lado de la Mare de Deu dels Desamparats que él mismo tenía y por la otra de Fernando VII que había cogido en el comercio de un tal Beneyto. Enarbola Vicente Domenech su bandera entre aclamaciones de todo tipo que no cesaban a su alrededor, se separa de la multitud y se dirige Vicente hacia la Plaza del Mercado. Llegan a la casa donde se vende papel sellado y Vicente pide que se lo entreguen todo, y tomando un pliego, sube sobre una silla, lo rompe ante una multitud y dice a gritos “ ¡¡ UN POBRE PALLETER LI DECLARA LA GUERRA A NAPOLEÓN: VIVA FERNANDO VII, Y MUIGUEN ELS TRAIDORS” Sus compañeros hacen añicos todo el papel sellado lo arrojan al suelo y lo pisotean con desprecio, borrando de este modo la nota mandada poner por el Consejo de Castilla, que decía:” Valga para el gobierno del Lugar-Teniente General del Reyno”

En la Audiencia los ánimos se exacerbaban, el Padre Rico dirigió unas palabras a los concentrados y posteriormente el Presidente de la Junta. Este último trató de dar largas al pueblo alegando que no tenían medios para resistir al francés y que otras provincias no se sabía que harían y que sería una ruina enfrentarse a Napoleón.

Viendo el pueblo el movimiento que intentaba la junta, respondió unánimemente que no había ya tiempo de dar largas o excusas, que se debía declarar inmediatamente la guerra al traidor Napoleón y en solemne bando a Fernando VII Rey de las Españas, para cuya defensa no escatimarían medios ni vidas. Todos se declararon soldados y pidieron por General al Conde de Cervellon.

El pueblo se impacientaba y los ánimos se enardecían, cada vez habían más personas agolpadas y fue necesario que saliera el Conde a uno de los balcones pidiendo que todos se retiraran a sus casas y que se confiara en aquellos en los que se había depositado la confianza. Poco a poco se calmó la situación y se convirtió en todo de vivas y aclamaciones.

Al poco se publicó el bando pedido que decía así:

D. Fernando VII, por la gracia de Dios Rey de España, y en su Real nombre el Excmo. Sr. Capitán General y Real Acuerdo mandan: Que todos los vecinos se tranquilicen y retiren a sus casas, pues siempre han velado por su bien estar, y harán cuanto puedan para que tengan efecto sus deseos é intenciones: que se haga el alistamiento forzoso desde la edad de 16 á 40 años: los Alcaldes de barrio formaran este alistamiento y también los electos de los Quarteles con intervención de sus respectivos Jueces: y el Excmo. Sr. Conde de Cervellon se pondra al frente de esas tropas con los subalternos que se nombrarán para dicho efecto. Y para que llegue á noticia de todos se manda publicar. Dado en la Ciudad de Valencia á 23 de Mayo de 1808

    
    
Sucesos de Valencia desde el dia 23 de mayo hasta el 28 de junio del año 1808. Imprenta de Salvador Fulí


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