miércoles, 12 de junio de 2013

EN VULGAR VALENCIANA



lunes, 13 de noviembre de 2006


Valencia

La definición más polémica del valenciano

La RAE mantuvo durante años una acepción que reconocía el carácter singular de la lengua

La actual definición de “valenciano” que figura en la RAE, en la acepción que alude a la lengua, lo considera como una “variedad del catalán”. Pero varios informes demuestran que, durante años, la definición proclamaba su carácter singular como lengua, y obviaba cualquier referencia al catalán.

J. C. FERRIOL/ VALENCIA

La quinta acepción de “valenciano” que figura en la vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española (RAE) dice así: “Variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia”. La definición ha sido objeto de no pocas discusiones, ha generado debates y forma parte, con un papel protagonista, de lo que se ha conocido como la polémica lingüística.

En los últimos días, esa definición sostenida por la institución que dirige Víctor García de la Concha ha recuperado actualidad, al formar parte de un informe que la RAE ha remitido al Tribunal Supremo –al hilo de la polémica abierta con la fórmula Moratinos y la referencia al valenciano en el debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en la UE–, y que avala que valenciano y catalán son dos nombres de una misma lengua. El informe hace referencia al dictamen aprobado por la Acadèmia Valenciana de la Llengua sobre la denominación de la lengua, para señalar que es coincidente con la definición del diccionario.

La RAE no ha mantenido siempre el mismo criterio, ni la misma definición. Ni mucho menos. En 1926, el artículo 1 del Real Decreto de 26 de noviembre, señala que la RAE “se compondrá de cuarenta y dos académicos numerarios, ocho de los cuales deberán haberse distinguido notablemente en el conocimiento de las lenguas españolas distintas de la castellana, distribuyéndose de este modo: dos para el idioma catalán, uno para el valenciano, uno para el mallorquín, dos para el gallego y dos para el vascuence”.

“Pretensión sin sentido”

Esa consideración del valenciano como “lengua española distinta de la castellana”, primero, y como “idioma”, después, fue ratificada dos meses después por Lluis Fullana (el Pare Fullana) que ocupó el sillón correspondiente al valenciano en la RAE. En su discurso de ingreso en la RAE (1928), el Pare Fullana hacía referencia a la pretensión “de muchos catalanes y también de algunos valencianos de querer llamar lengua catalana al lenguaje valenciano” y lo consideraba una “pretensión sin sentido y muy fuera de razón”.

En 1959, el secretario perpetuo de esa institución, Julio Casares, aludía en el Boletín de la RAE correspondiente al mes de diciembre a la rectificación que se había hecho de las definiciones de catalán, valenciano, mallorquín y balear, “con el fin de ajustarlas a las exigencias de la lingüística moderna, dando de paso espontánea satisfacción a los naturales de las respectivas regiones”. Y añade: “del valenciano, por ejemplo, se decía ‘dialecto de los valencianos’. Ahora se le reconoce como lengua y se añade que es la hablada en la mayor parte del antiguo Reino de Valencia”.

La tesis sostenida por la RAE se extendió a otros diccionarios. El Espasa-Calpe de 1965 define valenciano como “lengua romance vernácula que se habla en la mayor parte del antiguo reino de Valencia. (Acad)”. El Everest Cúpula, editado en León en 1967, recogía la acepción “lengua hablada en la mayor parte del antiguo reino de Valencia”. Y la Enciclopedia Universal Sopena, editado en Barcelona en 1968, clavaba esa misma definición, y añadía la abreviatura “Acad.”, para expresar la sintonía con la aparecida en la RAE. El nuevo diccionario ilustrado de Sopena, en 1971, mantuvo la misma definición.

La tónica general de estas definiciones constata la consideración de lengua para el valenciano, y al mismo tiempo, la ausencia de referencias que la vinculen con el catalán. El cambio de criterio que adopta la RAE a comienzos de los años 70, esta relacionado, según algunos investigadores, con las reivindicaciones políticas que llegaban desde Cataluña.


La tesis defendida por la Acadèmia de la Llengua en su dictamen de febrero de 2005 –”la lengua propia e histórica de los valencianos, desde el punto de vista de la filología, es también la que comparten las comunidades autónomas de Cataluña y de las Islas Baleares y el Principado de Andorra”– asume en cierta forma la definición vigente de la Real Academia Española. 

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