lunes, 31 de diciembre de 2012

EL “LO” Y EL GRIPAU DE TARANCÓN




Ricardo García Moya
Diario de Valencia 21 de Abril de 2002

Como todos los cursos, la generosa Consellería de Ta­rancón ha regalado el Gripau (sapo, en catalán), a los es­tu­diantes valencianos de COU y 2º de Bachillerato. Es un libro de 95 páginas que nos cuesta un pastón de los impuestos, pero la implantación del catalán, por lo visto, es más prioritaria que el AVE o la restauración del más bello mercado modernista del mundo: el Central de Valen­cia.
Entre los escupitajos que lanza el Gripau de Tarancón al idioma valenciano está el dirigido al neutro “lo”, pro­hi­bido por el Institut d’Es­tudis Catalans. Un estudian­te, según dice el sapo, no debe escribir “lo millor” (Gripau, Ge­neralitat, 2002, p. 19), al no entrar en “les carac­terístiques morfológiques i sintáctiques de la nostra llen­gua”. El neutro “lo”, según la filología subvencionada, es un solecismo secesionista.
Sin herniarse, por favor, den un brinco hasta los tiem­pos del cinturón de castidad y Ausias March. Estamos en el XV (mentalmente), y los hu­manistas valencianos, sin hacer caso al Gripau de Ta­rancón, ya construían con el “lo” perseguido por Ascen­sión y su academia. Los comi­sarios de la Generalidad obli­gan a los alumnos, para suplir el neutro, a usar ridículas perífrasis dignas del psicólogo de Woody Allen; pero el “lo” aparece como artículo defini­do (Lo Rat Penat) o neutro (lo millor) en todos los autores valencianos; sea ante relati­vos, sustantivando adjetivos o dando valor enfático a la frase. Aquí tienen una ristra de secesionistas: “lo que ell volia” (Esteve: Liber, 1472); “lo que voleu... lo mes alt” (Trobes, 1474); “lo se­gur” (Pereç: Imitació de Iesu­christ, 1482); “seguint lo vul­gar” (Al­canyis: Regiment pre­servatiu. 1490); “en tot lo que fará” (Corella: Psalteri. 1490); “fent lo contrari” (Val­manya: Carcer d’amor, 1495); “tot lo que he pogut” (Fernández de Heredia: La vesita. 1562); “un pecadoret com yo, ques lo que pot fer plorant?” (Timoneda: Misteri de la Iglesia, 1569); “es lo mi­llor” (Bib. Nac. Timoneda: Romances, 1570); “ahon fará lo mateix” (Ord. custodia del Regne de Valencia. 1573); “lo mes alt de la espiga (…) creu­re lo que algú diu” (Pou: Thesarus, 1575); “lo que diu” (B. Nac. Ms. 1701, 1590).
Todo el lote de la academia de Ascensión, Rita, Cipriano y su hermana, el volátil San Zaplana e incluso, ¡uf!, Glo­ria Marcos; todos juntos no equi­valdrían al valor de cualquie­ra de los autores citados, anteriores al 1600, que usa­ban el “lo” vilipendiado por el Gripau de Tarancón. Como seguirán engañando, les ofrezco otra tanda de valen­cia­nos que fueron catedráti­cos, notarios, predicadores famosos, escribanos de la Cancillería, poetas, colo­quiers, nove­listas, censores, lexicógrafos, etc.; todos usa­ron el “lo” y vivieron en los siglos XVII y XVIII: “acusat per lo ma­teix” (Ginart: Reportori de Furs 1608); “lo que diré ara mateix (...) lo que pretenen” (Mulet: Poesies a Maciana, h. 1643); “vist lo que busque” (Morlá: Somi del infern, 1645); “lo que es nece­sari” (Const. Universitat de Valencia 1655); “lo mes co­piós de tot” (Eximeno: 2º Cent. Can. S. Vicent, 1656); “lo que no fará un ferrer” (Carbó: Luces de aurora, 1665); “cada u lo que li toca” (Rodríguez: Sacro Nov. S. Juan de Mata, 1669); “escol­tar per les portes lo que di­uen” (Ros: Tratat, 1736); “en lo demés” (Mas, L.: Sermó Cof. S. Vi­cent, 1755); “y lo atre que yo em calle” (Galia­na: Rondalla, 1768); “de tot lo millor del porc” (Coloqui de la mosa de Peyró, h. 1790) No hace falta ser un Lapesa para valorar el uso sintáctico del “lo” que hacían estos escrito­res, al distinguir entre “acu­sat per lo mateix” y “acusat per el mateix”.
También los valencianos de los siglos XIX y XX usaron sa­biamente el neutro “lo”, fue­ra en coloquis o piezas teatra­les: “lo millor será callar” (Conversació de Saro, 1820); “aplegá a lo milor” (Baldoví: Un ensayo fet en regla, 1845); “de lo que pot fer” (Altet: Deu y lo mon, 1858); “lo que vull­gues li diré” (Lladró: La boba y el embobat, 1872); “lo que fa la roba” (Colom: Lo que fa la roba. Castelló, 1875) ;“lo que trobe més de mancor” (Escalante: El agüelo Cuc, 1877); “lo que siga ya ho vo­rem” (Millás: Els microbios, 1884); “a lo millor” (Escrig: Dicc. 1887); “fa la guerra a tot lo noble y a tot lo gran” (Sansano: Una sublevació en Jauja, Elig 1896); “es, per lo tant, una festa típica” (Ga­dea: Tipos, 1908); “lo que vosté mane” (Peris: La peix­ca de la ballena, 1926); “lo que vullc” (Soler: No es aixó lo que yo vullc. Alacant 1931); “la barraca Lo millor de la terreta” (“El Mundo” Alicante, 21-6-2000). El neutro “lo” es patrimonial del idio­ma valenciano desde el co­mienzo de la prosa literaria que perfeccionó la sintaxis del tosco romance; pese a ello, la Generalidad autoriza textos donde se inculca a los niños esta falsedad: “Recorda que, en valencia, no utilitzem l’ar­ticle lo” (Valencia, 1º Secun­daria SM, 2002, p. 29). Así, los castellanos presumen ahora de tener una lengua “que, entre las románicas, es la única que ha conservado el artículo neutro lo”.
No sólo ha existido siempre en idioma valenciano, sino que actualmente es un recur­so vivo, pues cualquier valen­ciano de Muchamel, Burriana o Alboraya construye frases correctas con el neutro: “lo millor del dumenge es la pae­lla”, diferenciándolo del de­finido: “este chic es el millor de mosatros fent paelles en conill”. El culto Morlá, en 1651, usaba el mismo recur­so: “lo prudent, lo cast, lo afa­ble, lo cortés... ab ser grans excelencies” (Morlá: Roman­ce, 1651). En esta composi­ción, Morlá carga de valor en­fático a los adjetivos, an­teponiendo el neutro “lo” de grafía invariable (lo prudents que son, lo cortés del seu comportament, lo afables que eren el organiste y sa claque­ta).
Otro detalle significativo es que, en esta poesía de 1651, hallamos la primera docu­mentación el sustantivo “orb” en valenciano: “com en tot lorb es notori” (v. 42), an­ticipándose al catalán. Son detalles que no captan las re­tinas inmersoras del fascismo catalanero, igual que el neu­tro “lo” es invisible para el cientifismo chusquero de la academia de Ascensión.
Por cierto, conseller Tarancón, nuestros hijos no necesi­tan incorporar el “gripau” catalán de tus amores, pues en el idioma valenciano po­seemos “sapo, granota, culle­rot, cabut y renoc”, siendo este último alusivo a batra­cios raros o escuerzos; así, a los valencianos “renoc vert y renoc jagant” corresponden tus catalanes “gripau verd i gripau gegant”.
El “renoc” se documenta en el valenciano Jaume March, en el XIV, manteniéndose en todas las épocas: “tinc por als renochs” (Mulet: Romanç de Gayferos, h. 1660); “ulla de renoch” (Ortf Molés, Joseph: Soneto en consonats, 1690); “iPobra chica! y yo ¡renoc!” (Lladró: La boba, 1872); “renoch: escuerzo, nana de zarzal” (Escnig: Dicc. 1887). Está clar que Tarancón es el millor de lo millor del catala­nisme que mos aufega.

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