lunes, 20 de junio de 2011

DECRETO DE EXPULSIÓN DE LOS JUDIOS (II)

 

Consecuencias de la expulsión

Demográficas

Las estimaciones de la cifra total de judíos que salieron de España son muy dispares, pero abarcan desde los 50.000 a los 200.000 individuos. En Aragón la población hebrea era poco abundante, por lo que la pérdida demográfica supuso unos 10.000 o 20.000 habitantes. Por el contrario en Castilla eran numerosos en lo que es hoy Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Murcia. La mayoría de los judíos desterrados fueron a parar a Portugal o Navarra, de donde años más tarde también sería expulsados; la minoría restante marchó a Flandes, norte de África, Italia y territorios mediterráneos del Imperio Otomano.

Económicas

La marcha de los judíos tan solo fue especialmente relevante en el ámbito de los negocios y la economía en los lugares donde habitaba un gran número de ellos. Aunque también es cierto que algunos historiadores defienden que con ellos se fue la posibilidad de que la sociedad española recogiera el impulso de un primer capitalismo. La expulsión se convirtió en un próspero elemento financiero de la corona y la Inquisición por motivo de las expropiaciones consecuencia del decreto. Muchos judíos encarcelados en Sevilla fueron liberados a partir de 1510 bajo el pago de miles de ducados, cantidad que se duplicaba cada término hasta llegar a 40.000 ducados. Esto ocasionó una crisis entre la corona y la iglesia, quienes se peleaban por adquirir estos bienes decomisados o explotados.
Por medio de pagos les fue posible a muchos forzados y judíos escapar incluso hacia las Américas. Los edictos de Barcelona de 30 de octubre de 1492 y de 30 de marzo de 1493 muestran los marcados intereses económicos por parte de los reyes Fernando e Isabel por enriquecerse con los bienes de los sefardíes. Precisamente la paradójica fórmula de no poder llevar oro y valores consigo al abandonar sus propiedades ocasionó la avidez del pueblo por allegarse estas riquezas, las cuales pretendió la corona acaparar como monopolio y tuvo que canalizar a través de comisionistas y notarios.

Socio-religiosas

El edicto muestra que la razón de la expulsión no era la falta de fe de los conversos, sino la integración de las fiestas bíblicas en su cristianismo. Esto no es considerado hoy en día contradictorio dentro de confesiones mesiánicas. En aquella época según la influencia de la Inquisición una forma no aceptada de ninguna manera. Aumentó el número de conversos y se consolidó una división social entre cristianos viejos (sin antepasados judíos) y cristianos nuevos (judíos convertidos al cristianismo o sus descendientes), división que se vería plasmada en los estatutos de limpieza de sangre.

Culturales

La expulsión supuso que las sociedades castellana y aragonesa perdieran a figuras tan ilustres del mundo cultural y científico como Abraham Zacuto (astrónomo y cosmógrafo), Salomón ben Verga (escritor), Isaac Abravanel (hijo de un consejero de los Reyes y escritor), además de otros muchos.
Traducciones de la santa Biblia como la Biblia de Alba o la de Ferrara, que llevaron a muchas otras como la de Reina y Valera o la inglesa de King James, no pudieron seguir siendo desarrolladas.
La investigación científica no sufrió excesivamente, puesto que a pesar de la expulsión de algunos elementos destacados, por los propios castellanos e incluso por algunos descendientes de conversos, llegó a su máximo a partir de mediados del siglo XVI, principalmente en la Escuela de Salamanca. En cuanto a la cosmografía y ciencias de la navegación, la preponderancia de Castilla, junto con Portugal, en los mares durante los siglos siguientes habla suficientemente de que no sufrieron demasiado.

Análisis teológico

Según el segundo párrafo del decreto se testifica que los judíos y/o conversos seguían cumpliendo la ley mosaica como en el caso del sábado o shabat. Curiosamente este es precisamente el 4.º mandamiento del decálogo, lo cual despierta la pregunta de cómo la santa fe católica se ve amenazada ante esta costumbre de no trabajar el sábado. Para inculpar a estos conversos se les espiaba, por ejemplo, si de sus chimeneas no salía humo desde el viernes al anochecer hasta el sábado, como instruyen las leyes bíblicas. Paralelamente no es comprensible cómo la inculcación de la Pascua, como el mismo Jesús celebró la noche anterior a su muerte, fuera una amenaza ante la misma santa fe católica. El consumo de carne de cerdo también es un motivo nombrado, o de otra manera el producto de la forma de cómo producir carne, con el motivo de extraerle la sangre, según se muestra en los libros mosaicos y es hoy practicado incluso por los musulmanes. Querer demostrar que estas costumbres eran razones para la expulsión de un pueblo, o ser una amenaza para la fe, parece por esto más ser un argumento teórico o una disculpa ocultando otras razones de mayor fondo.
El caso es que precisamente se estaban presentando traducciones de la Biblia directamente del hebreo que revelaban verdades hasta ese momento ocultas al pueblo debido a la censura y prohibición católica de leer las Escrituras. Una de estas traducciones era la Biblia de Alba o posteriormente la Biblia de Ferrara, realmente revolucionarias para su tiempo. Como la revelación de las Escrituras atenta contra la santa fe católica, en las cuales se basa, puede ser sólo un pretexto. Más bien da la impresión de ser un problema de poder. Y así fue expresado, no por unir al reino y los territorios, sino para afianzar la influencia a nivel europeo. El intento de hacer desaparecer la Biblia de Alba es un testimonio de esta persecución insensata. La prohibición de leer los textos bíblicos se extendió hasta el siglo XX. Hoy en día, con el surgimiento de una corriente denominada judaísmo mesiánico y la existencia de católicos de tradición hebrea, se ha planteado que no existiría contradicción entre la fe cristiana y la judía, ya que se aceptaría a Jesús como el Cristo o Mesías. Sin embargo, estas nuevas corrientes no son aceptadas ni por el judaísmo tradicional, ni por la Iglesia católica. No obstante, si hoy algunos, aunque sean muy minoritarios, han podido conciliar ambas religiones, subsiste entonces la pregunta: ¿cómo llegó a una radicalización y genocidio de tal magnitud?
La expulsión produjo de manera no oficial un éxodo de comunidades judías y judeocristianas hacia las Américas, de manera directa o indirecta como el caso holandés. En distintos territorios latinoamericanos se conservaron costumbres, lenguaje y tradiciones sefardíes. Esto cumple las profecías de la repartición del pueblo de Israel por todo el mundo, parcialmente.

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