martes, 23 de noviembre de 2010

TRIBUNAL DE LAS AGUAS DE VALENTIA (XII)


VALENSIYA. VALENSIA. VALENCIA.
Síntesis de la historia natural del Santo y Síndico Tribunal Edetano Tyrius. Narrasio al Us Natural. Per el So. Andrés Castellano Martí. So. Mestre de Traca.

8-Tanto en la época anterior musulmana como posteriormente en la cristiana, cada acequia tiene su Síndico, y éste sus Sequiers. Donde, como era el caso de Valencia, el número de acequias y de Síndicos era de varios, estos formaban un Sindicato o Tribunal. Cuando el Síndico era sólo uno él era el tribunal. La gestión, administración y buen funcionamiento de todo esto se hacía al rito Home. Es decir, al Bon Forat y Bona Hombra. De palabra y mirando siempre a la persona. Tanto el que daba justicia como el que la recibía eran copartícipes de la misma Bona o Mala Hombra. Dado que quien no obrara en justicia, en su Forat y Hombra, era maldecido. Cosa que todos veían. En ningún tiempo se escribió nada y todo se hizo con exactitud. Sólo cuando llegan los cristianos y a partir de ellos, es cuando se escribe y se deja constancia por escrito de aquello que se estima. Esto no lo hacen los Síndicos que configuran el Tribunal, sino aquellos que siendo secretarios o jueces de los usos catalano-aragoneses normalizan por escrito lo que ellos creen conveniente. Los escritos de tiempos cristianos cuando hablan de los riegos siempre se refieren a ordenanzas, pleitos entre labradores, o incluso acequias, que por nefasto destino caen en manos ajenas a quienes siguen los Usos Naturales. También existen escritos por designación real.
Los regantes de cada acequia que tienen derecho al agua, de entre todos los hombres santos que conocen, Homens, ellos eligen a uno como Síndico Mestre, y a varios como Caps, tomando todos el carácter propio que tiene en la cultura valenciana el Aveaor. Mientras en la cantera son Aveadores Síndicos. Aquí se les da el nombre de Síndicos Aveadores. Son Síndicos Aveadores. Ocurriendo en la huerta que se abrevia el compuesto y se nombran sólo como Síndicos. En la cantera se abrevia el compuesto y se nombra como Aveaor. En el rito, o ritos del fuego también se abrevia y Aveaor Mestre, queda como Mestre. En todos los casos sus funciones son las mismas, al igual que su carácter espiritual en el que todos creen, así como en los ritos que hacen; todos son idénticos. Durante la época musulmana los ulemas reconocen el carácter sagrado y santo de los Síndicos, razón por la cual la reunión de las acequias tiene lugar preferente en el centro alfaguara de la mezquita mayor de Valensiya, quedando para ellos reservado el sitio tanto en las oraciones como cuando imparten dirección y justicia. En el villorrio dependiente de Benaguacil, Benaduf, las mismas e idénticas funciones se hacen en una iglesia subterránea y con carácter cristiano.
Tras la conquista de las tierras Valensiyanas por los cristianos, el obispo Ferrer de Pallarés y sus canónigos, limpian la mezquita mayor de las gracias musulmanas, momento en que dejan de ir a ella los musulmanes aliados de los cristianos, pero sí continúan en su lugar los Síndicos del Agua. Decidiendo los eclesiásticos expulsarlos de su alfaguara era, esperando que el rey Jaime I los disuelva. Pues si bien estos ancianos no presumen ni alardean de sus secretas formas de hacer justicia, ni tampoco las comentan, todos saben que lo hecho lo es en la gracia, cosa que no depende de jerarquías ni musulmanas ni cristianas; de ninguna jerarquía; y por supuesto de ninguna creencia conocida.
Pero Jaime I no disuelve, ni suple, las formas de administrar las aguas que mantienen los musulmanes pues sabe y estima que los modos que ellos mantienen son insuperables. Omite de los clérigos su opinión, y estos no insisten pues en el carácter del rey no entra el hacerles caso en lo tocante a herejías, pues su padre Pedro el Piloso murió defendiendo una, la Catara, y Valensiya ha sido conquistada de forma mágica, en abuso de las creencias, y no por las armas. Anteriormente el rey ha sido excomulgado por el papa al negarse a reconocer a un obispo, y posteriormente le cortará la lengua a su confesor frai Berenguer de Castellbisbal. Jaime I morirá sin que el papa se digne coronarlo rey, pues Jaime se niega a pagarle impuesto. A lo largo de toda la historia cristiana los canónigos de la catedral nunca permiten se haga justicia en su interior, ni incluso cuando los Síndicos son todos cristianos, pues a pesar de ello el tribunal siempre mantiene la justicia por la gracia.
Ahora con Jaime I, también se repite lo que hicieran los romanos con los edetanos, que siendo ellos los sometidos ellos son los que imparten su justicia. Cuando son expulsados los Síndicos musulmanes del interior de la catedral, anterior mezquita, no se alejan de su alfaguara era, y mantienen sus ritos del agua como siempre hicieran; antes de iniciar las sesiones de justicia, salmodian, recuerdan en voz baja cuales son sus deberes, resultando que en estas salmodias no musulmanas, no alaban a Dios sino a su obra, al hombre. Alaban al Hombre Hombre. Home. Eso si; los musulmanes siguiendo la tradición son acertadamente discretos, y en ningún momento narran a quien no deben de narrar nada que pueda ser aplicado contra ellos. Siendo conocedores por narración de todas las creencias valencianas del agua, ellos a nadie lo dicen. Nadie los puede acusar de herejes pues nadie sabe exactamente su gracia.
En Benaduf, tras la conquista, los cristianos construyen una iglesia no subterránea, ampliando una casa romana, quedando la anterior como santuario, y a la vez se construyen conventos y una casa que atiende los actos de reunión del Juez y sus cuatro síndicos y sequiers.
La acequia de Moncada queda con un único Síndico el cual dirige y administra el agua. Los pueblos de Villamarchante y Ribarroja y Pedralba, con uno cada uno. Y Chelva con uno.

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