lunes, 30 de agosto de 2010

SENYAL REAL (VI)


Autor: J. B./ VALENCIA

Como es sabido, la imagen de la Real Señera en pergaminos medievales como el
de 1410 (B.N.París, Ge. B. 8268) testifica la presencia de la franja azul con la
corona y, también, las dos barras de la antigua señal real de Jaime I.
En 1459, cuando era habitual el modelo de cuatro, Jaume Roig citaba los bastones de oro coronados ("Spill"), aludiendo a la corona otorgada por el rey y que -a fines del XIV- ya figuraba sobre las dos barras de la moneda del Reino de Valencia. Símbolo de todos los valencianos.
El museo histórico del Ayuntamiento custodia las Senyeres más queridas por el pueblo. La más antigua data de 1545. La que sale en la procesión cívica, de la que se hicieron cuatro copias, es de 1927.
La Senyera saluda a todos los valencianos desde los edificios oficiales, desde las torres que presidían las antiguas entradas a la ciudad o más recientemente, por poner otro ejemplo, desde los barcos de los equipos de la Copa América, que enarbolaron la bandera valenciana en agradecimiento por el trato recibido durante su estancia en la ciudad.
Pese a la multiplicidad de este símbolo tan valenciano, bonitas historias rodean a las banderas denominadas oficiales, como puede ser antigua Senyera que se custodia en el museo histórico municipal, el facsímil que se saca todos los años en la procesión cívica o las que presiden instituciones de raigambre valenciana, como el Colegio del Arte Mayor de la Seda.
El mejor sitio para empaparse de la historia de la Senyera es el Museo Histórico del Ayuntamiento de Valencia, al menos de forma visual, al ser el lugar donde se guardan tres de las banderas más queridas por los valencianos.
En una preciosa vitrina creada en 1935 por los ebanistas Andrés y Fuster, se custodia la Senyera más antigua que se conserva en Valencia. Data, según algunos documentos municipales, de 1545, y el paso de los años ha hecho mella en ella. Está compuesta por cinco franjas de tejido de oro cosidas a otras rojas de seda. Un listel adornado con piedras preciosas separa la franja azul, donde se sitúa la corona.
Se sabe que sufrió una restauración en 1638, coincidiendo con el cuarto centenario de la conquista de Valencia. Su precario estado (el azul es difícilmente reconocible) hace imposible que salga del museo donde se custodia.
Tras un viaje realizado por la Senyera a Madrid, en 1925, su deterioro preocupó al entonces alcalde de la ciudad, el Marqués de Sotelo, quien ordenó una nueva restauración. Los trabajos fueron llevados a cabo por las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Una vez terminado, la Senyera se colocó en el archivo histórico, de donde no ha vuelto a salir. Con la elaboración de la vitrina, se mejoró su protección, lo que permite que los valencianos aún puedan disfrutarla.

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