martes, 24 de agosto de 2010

SENYAL REAL (V)


Autor: J. B./ VALENCIA

Olvidando fariseísmos inhe¬rentes a la militancia en el PC y 'algú que atre desunglat, capat o desorellat" al matrimonio Alberti les debemos mucho, desde su literatura a la defensa de los tesoros del Museo del Prado, De formación humanística envi¬diable, María Teresa León conocía el valor simbólico de la Real Señera valenciana, de ahí que participara en su izamiento en el castillo de Ibiza, No obs¬tante, algún coleóptero catalanero dirá, en octubre de 2003, que la descripción no alude a la corona ni al azul, por lo que aclararemos el asunto: "Me¬moria de la melancolía" es una autobiografía escrita en el exi¬lio argentino, donde la niebla del tiempo borra perfiles y disi¬pa vivencias. Lo advierte la autora en la primera página: "Habréis de perdonarme en los capitulos que hablo de la gue¬rra,,., ahí dejo lo que vi, lo que sentí, todo pasado por una con¬fusión de recuerdos". En conse¬cuencia, suponemos que la au¬sencia de referencias a la coro¬na y la franja azul de la Real Se¬ñera enarbolada en el castillo de Ibiza fue involuntaria, y no consecuencia de la ceguera par¬cial que afectó a Ma Teresa en las visitas a la China de Mao y la Rusia de Stalin, Pero, por suerte, los periódicos de agosto de 1936 ofrecieron información fotográfica de lo narrado por Mª Teresa.

Con enormes titulares, la prensa republicana testificó la presencia de "la Senyera sobre el castillo de la ciudad de Ibiza" (La Correspondencia, 11 de agosto de 1936). María Teresa León estaba allí y, probablemente, con su formación teatral ayudó a componer o escenificar la famosa fotografía donde dos milicianos despliegan la Real Señera de enorme franja azul, mientras un tercero toca la corneta rindiendo honores a la ensena. Los periodistas republi¬canos describieron la toma del castillo, citando a los mismos protagonistas que recordaba Mª Teresa León: desde el ca¬pitán Bayo a las columnas de comunistas y anarquistas va¬lencianos. Rubia, de gran belle¬za y adorada por los milicianos, la esposa de Alberti empuñaba su fusil y, según cuenta, se en¬cargó de que la Real Señera on¬deara destacada, sin tolerar que otras banderas -incluida la re¬publicana-, ocupara lugar más privilegiado. Enfadada contra un camarada, relata; "No sé quién trajo una bandera repu¬blicana y, usando nuestro tradi¬cional malhumor intransigente, pretendió colocarla más arriba. Intervine para decirle: Déjala" (p. 278).
Eixemples d’estos hi han innumerables en els documents de la nostra epoca foral. Tambe el virrei la portava per a revestir-se de major autoritat, perque en ella es simbolisava el Regne, aixina l’any 1526 “ixque la Bandera ab lo Rat Penat de Valencia i ana fins a la vila de Honda per fer espalles al Excellentissim Duch de Sogorp, que era capita de sa Magestat ab lo Governador Don Jeroni Cabanyelles contra los moros que sen eren muntats a la muntanya de Espada.”
De la data en que es confecciona la primera Senyera no tenim noticies documentades, pero sabem que esta Senyera primerenca tenia a soles dos barres roges sobre camp d’or, que era l’emblema real.

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