miércoles, 2 de junio de 2010

LOS MOZÁRABES VALENCIANOS (VII)


Roque Chabás
Madrid 12 de Diciembre de 1890.
7.
Cuando se convencieron los moros de que era próxima la pérdida de este reino, y esto no podía escapar á su penetración, estrechados por Castilla, y más aún por Aragón y Cataluña, debió hacerse imposible la existencia de los cristianos en la ciudad y hasta en los arrabales. Tenían estos su iglesia, como hemos visto, en San Vicente de la Roqueta, distante de la puerta más próxima, la de la Boatella mil metros. Si bien es verdad que fuera de esta puerta existía un gran arrabal, que llevaba el nombre de dicha puerta (ó mejor diríamos, que la puerta lo tomaba del arrabal), sin embargo, quedaba algún espacio deshabitado hasta el sitio de la Roqueta. Decir que los cristianos en general vivían dentro de la ciudad é iban allá para oír misa y recibir los Santos Sacramentos, es suponer un imposible. Tenían, pues, los cristianos, alrededor de su templo, un barrio propio, con sus campos y huertos, y acudían fácilmente á su iglesia, pues la tenían próxima. Si ésta no hubiera estado apoyada en población cristiana, hubiera seguramente desaparecido durante la dominación mahometana. Los moros se vieron seguramente obligados á respetarla por esto mismo, y acaso estuviera ya consignado en los tratados del tiempo de la conquista. El hecho de estar comprobada la existencia de esta iglesia en el siglo XIII, nos hace ver que los mozárabes valencianos sostuvieron tenazmente su derecho, y que éste tendría mucha fuerza contra la absorbente política de los moros en el particular. Por los días de la reconquista aún se mantenía allí el culto católico, como vamos á ver.

El viernes, 22 de Noviembre de 1889, el que esto escribe tenía la fortuna de descubrir en el Archivo Histórico Nacional un documento precioso para la historia de los mozárabes valencianos, y aquella misma noche, asistiendo á la sesión de la Real Academia de la Historia, tuve la honra de dar cuenta verbalmente de él á esta sabia corporación, invitado por su Director el Excelentísimo Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo. Nunca agradeceremos bastante la atención con que fuimos escuchado. El asentimiento con que oísteis, Sres. Académicos, mis conclusiones, es prueba de lo fundadas que os parecían. Hoy cumplimos con el encargo del Director de la Academia consignando por escrito lo que entonces dije de palabra, ampliándolo ahora con más detenido estudio.

Hemos publicado ya en El Archivo
27 el documento que define la cuestión de los mozárabes en Valencia. Como lleva la fecha 1270 de la Era española, no ha llamado la atención de los investigadores, pues á primera vista no aparecía anterior á la reconquista de Valencia en 1238, siendo así que aquella fecha se reduce al 19 de Marzo de 1232. En este día, estando el rey D. Jaime en Monzón, pocos días despues del segundo concierto con Ceid Abu Ceid para la conquista del reino, concede al Abrid del Monasterio de San Victorián en Aragón, aquel lugar ó iglesia que había en Valencia y que se llamaba San Vicente, para que entrasen en posesión del mismo apenas se conquistase la ciudad, y quiere que esto se entienda de aquel lugar y de aquella iglesia, con todas las posesiones, pertenencias y derechos que en algún tiempo haya podido tener.

Pero ya que en otra parte dejamos publicado el texto latino de este privilegio, vamos á poner aquí su traducción, que es la siguiente:

«Conocida cosa sea á todos como Nos Jaime, por la gracia de Dios, Rey de Aragón y del reino de Mallorca, Conde de Barcelona y Señor de Mompeller, Atendiendo á los muchos y gratos servicios que incesantemente recibimos de vosotros nuestro Abad y Convento de San Victorián y los que recordamos haber recibido; conociendo asimismo la voluntad é inclinacion que teneis y ejercitais en todo lo que atañe á hacer nuestro servicio; Por lo tanto, por la presente, reconociendo que Nos somos deudores al monasterio de San Victorián para hacer cuanto redunde en honor y provecho suyo; Por Nos y nuestros sucesores, damos, concedemos y loamos á vos nuestro amado A(rnaldo) Abad y á toda la comunidad del Monasterio de San Victorián y á vuestros sucesores para siempre, como heredad propia, libre y franca, aquel lugar ó iglesia que está en Valencia -ciudad digna de todo encomio- cuyo lugar ó iglesia se llama y dice San Vicente; De manera que, apenas el Señor ponga dicha ciudad en poder nuestro, bien sin trabajo ó ya por la fuerza, ó por capitulación ó de otro modo, tengais y recibais por esta nuestra concesión y como donación irrevocable dicho lugar y la iglesia con... y las posesiones y pertenencias suyas, con todas las otras que por tierra ó por mar le pertenecieran en algún tiempo, ó le pertenezcan, ó deban pertenecer á dicho lugar ó iglesia por costumbre ó derecho. Y todas estas cosas las hayais, tengais, poseais y disfruteis perpetuamente francas y libres, para darlas, concederlas, colorarlas y establecerlas, y para de ellas hacer siempre vuestras voluntades. Mandando firmemente y con rigor á todos los que tengan nuestro lugar y á todos los súbditos nuestros presentes y futuros, que esta nuestra donación y concesión tengan por valedera y la observen, y hagan sea observada inviolablemente, y en nada contra ella vayan, si quieren poder confiar en nuestra gracia y amor. Dada en Monzón á 19 de Marzo de la era 1270 (año 1232.)»
La palabra lugar en este diploma no significa (claramente se ve por el contexto) la misma iglesia, sino el lugar ó arrabal contiguo á ella. Nótese, que unas veces hay disyuntiva, pero otras hay conjunción copulativa, y entonces claramente se separa el lugar, de la iglesia. Esto se compagina perfectamente con las donaciones anteriores, pues si solo hubiera habido allí una iglesia, era inútil concederle décimas y primicias. ¿De dónde? Luego los habitantes del lugar de San Vicente pagaban estos derechos á su iglesia: luego existía núcleo de población allí, est apud Valentiam, como dice el original de esta donación. Si hubiera estado la iglesia dentro de la ciudad, hubiera dicho: est Valentiae; pero estaba cerca, y aun fuera de ella, y se contenta con el apud. Que aquí se trata de San Vicente de la Roqueta, está fuera de duda, porque existe una serie de documentos posteriores, encadenados, y que no dejan lugar á creer otra cosa.

En primer lugar, existe una bula muy explícita del año XII del pontificado de Gregorio IX, dada en Letrán á 8 de Enero de 1239, cuando apenas habían pasado tres meses de la entrega de la ciudad. Aunque supongamos algún error de copia
28, siempre ha de ser esta bula anterior á 1241 en que murió este Papa. En ella asegura, que en el sitio que ocupaba nuestra iglesia, fué coronado San Vicente con el martirio y en reverencia al santo toma el Papa bajo su protección y patronato el lugar y la iglesia ya dichos, con el hospital y sus bienes, concedidos por el rey de Aragón. Nótese aquí, que el texto dice: locum et ecclesiam praedictos, considerándolos distintos y nombrándolos en plural.

Luego después, D. Jaime I, estando en el sitio de Játiva, el 7 de Enero de 1244, concede al lugar de San Vicente el castillo y villa de Cuarte, la alquería de Ladera y la décima de las rentas de la Albufera de Valencia. En este documento sale ya el hospital de San Vicente, sin decirse lo hubiera D. Jaime fundado en tan poco tiempo como había pasado desde la conquista de la ciudad, y estando aquel lugar algo apartado de la misma. Debió, pues, existir allí anteriormente en tiempo de la dominación de los moros. Se comprende esta cristiana fundación junto á la iglesia propia y en el barrio exclusivamente habitado por los mozárabes. Aún en 1245 concedióle el rey Castellón de Burriana y en 1266 estableció en él las rentas necesarias para el culto diario con nueve clérigos, su fecha en Alicante á 30 de Marzo. ¿A qué todo esto fuera de Valencia, cuando en el interior había más necesidades, y lo que se hiciera era de más provecho? No cabe duda, que la santidad del lugar lo reclamaba: era necesario conservar el culto con esplendor allí donde la lámpara del santuario no se había apagado durante la noche de la dominación mahometana.

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